LA BARONESA LIBRERIA

Se reunieron los jurados internacionales María Teresa Andruetto de Argentina, Luz Helena Cordero Villamizar de Colombia y Benjamín León de Chile desde Unquillo, Córdoba (Argentina), Bucaramanga (Colombia) y La Serena (Chile), respectivamente, para honrar por unanimidad la calidad literaria del libro titulado Flor de cemento 시멘트 꽃 perteneciente a Ana Paula Martínez Garrigós (Cuernavaca, México, 1987), ganadora del I Premio Internacional Miguel Ángel Bustos. Tenemos el gusto de compartir en este número un puñado de poemas de este libro.

 

Había una osa y un tigre que vivían en las cuevas del reino de Hwanung. Rezaban día y noche para poder transformarse en humanos y dejar de ser animales. Hwanung escuchó sus plegarias y sintió pena por el tigre y la osa, quería concederles su deseo, pero decidió darles unas instrucciones que debían de seguir en lugar de transformarlos él directamente. Si las seguían, si eran diligentes y obedientes, entonces podrían superarse a sí mismos y se volverían humanos. «Comed solo ajo y artemisa durante 100 días, y aseguraos de no estar bajo la luz del sol. Si podéis cumplir estas normas, seréis transformados en personas», dijo Hwanung. Ambos animales aceptaron con entusiasmo el reto y le dieron las gracias al rey, jurando comer solamente la comida sagrada y permanecer dentro de la cueva durante 100 días. Poco tiempo después, el tigre se rindió y se fue de la cueva, pero la osa estaba determinada a volverse humana. Después de seguir cuidadosamente las instrucciones de Hwanung, la osa se transformó en una mujer que fue llamada Ungnyeo (웅녀). Estaba muy agradecida por todo lo que Hwanung había hecho por ella, pero todavía había algo que quería. Ungnyeo se sentía sola. Volvió a rezar diariamente bajo un árbol de sándalo para encontrar a alguien que la amase y poder tener un marido. Una vez más, Hwangung fue conmovido por sus oraciones y decidió tomarla como su esposa. Ungnyeo tuvo un hijo, al que llamó Dangun Wanggeom (단군 왕검). En el quincuagésimo año del reinado del emperador Yao, un legendario sabio chino, Dangun tomó el trono para tomar el relevo del reinado de su padre. Dangun construyó la ciudad amurallada de Pyeongyang (평양), y llamó a su reino Joseon (조선). Miles de años más tarde, el reino que fue fundado por Dangun y sus antepasados, se expandió, se desarrolló y floreció hasta llegar a ser lo que hoy conocemos como Corea¹

 

Flor de cemento, Ana Paula Martinez Garrigós

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Se reunieron los jurados internacionales María Teresa Andruetto de Argentina, Luz Helena Cordero Villamizar de Colombia y Benjamín León de Chile desde Unquillo, Córdoba (Argentina), Bucaramanga (Colombia) y La Serena (Chile), respectivamente, para honrar por unanimidad la calidad literaria del libro titulado Flor de cemento 시멘트 꽃 perteneciente a Ana Paula Martínez Garrigós (Cuernavaca, México, 1987), ganadora del I Premio Internacional Miguel Ángel Bustos. Tenemos el gusto de compartir en este número un puñado de poemas de este libro.

 

Había una osa y un tigre que vivían en las cuevas del reino de Hwanung. Rezaban día y noche para poder transformarse en humanos y dejar de ser animales. Hwanung escuchó sus plegarias y sintió pena por el tigre y la osa, quería concederles su deseo, pero decidió darles unas instrucciones que debían de seguir en lugar de transformarlos él directamente. Si las seguían, si eran diligentes y obedientes, entonces podrían superarse a sí mismos y se volverían humanos. «Comed solo ajo y artemisa durante 100 días, y aseguraos de no estar bajo la luz del sol. Si podéis cumplir estas normas, seréis transformados en personas», dijo Hwanung. Ambos animales aceptaron con entusiasmo el reto y le dieron las gracias al rey, jurando comer solamente la comida sagrada y permanecer dentro de la cueva durante 100 días. Poco tiempo después, el tigre se rindió y se fue de la cueva, pero la osa estaba determinada a volverse humana. Después de seguir cuidadosamente las instrucciones de Hwanung, la osa se transformó en una mujer que fue llamada Ungnyeo (웅녀). Estaba muy agradecida por todo lo que Hwanung había hecho por ella, pero todavía había algo que quería. Ungnyeo se sentía sola. Volvió a rezar diariamente bajo un árbol de sándalo para encontrar a alguien que la amase y poder tener un marido. Una vez más, Hwangung fue conmovido por sus oraciones y decidió tomarla como su esposa. Ungnyeo tuvo un hijo, al que llamó Dangun Wanggeom (단군 왕검). En el quincuagésimo año del reinado del emperador Yao, un legendario sabio chino, Dangun tomó el trono para tomar el relevo del reinado de su padre. Dangun construyó la ciudad amurallada de Pyeongyang (평양), y llamó a su reino Joseon (조선). Miles de años más tarde, el reino que fue fundado por Dangun y sus antepasados, se expandió, se desarrolló y floreció hasta llegar a ser lo que hoy conocemos como Corea¹

 

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